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Capítulo 07.

Jungkook salió del trabajo tarde como ya era costumbre, estaba agotado y solo pensaba en llegar a su casa y dormir.

La noche estaba despejada, fresca y con un poco de viento, el alfa tenía las manos en sus bolsillos y su caminata era lenta, había bajado del tren, así que solo tenía que caminar tres cuadras hacia su casa. La calle estaba calma, era día de semana y muy poca gente salía a ese horario ya que la mayoría trabaja. Cruzó la calle y fue rumbo al parque.

No había gente allí, era de noche y hacía frío, a nadie se le ocurriría ir a un parque de noche y con ese clima. Caminó por el ya conocido sendero, sin pensar en nada, solo mirando su camino.

—Te queda muy bien la ropa... que guapo —escuchó el alfa a lo lejos. Era una voz familiar y seguramente de aquel omega. Siguió caminando, sin prisa de llegar a donde se encontraba el castaño.

Lo veía a lo lejos. Veía como el omega tenía al cachorro parado sobre sus piernas y lo elevaba simulando que él saltaba, también escuchada la risa del pequeño y no sabe el porqué, pero su cuerpo se relajó al escuchar su risa y al ver tan adorable escena. En su mente vagaba la idea de que era porque extraña a su mamá y hermanos, y por ende extraña los días en donde su madre tenía así a sus hermanitos. Su mente solo decía que era porque extrañaba su hogar.

No sabe en que momento paró, pero lo había hecho. Estaba ahí parado en el sendero, en la fría noche viendo la figura de cierto omega y cierto cachorro, alumbrados solamente por las luces artificiales del parque y puede que un poco de la luna. Los vio atento y pensó que se sentirá tener una familia. Él tiene una, si, pero por un momento se imaginó que se sentiría tener su propia familia. Tal como vino ese pensamiento lo alejó, era muy joven para pensar en esas cosas, estar solo en Seul afecta.

Estaba muy metido en sus pensamientos hasta que un olor lo alertó. Miedo. Olía a miedo. Su vista volvió al banco donde se encontraba el omega.

Un alfa estaba allí, estaba queriendo besar al castaño. El cuerpo grande del alfa estaba sobre el pequeño cuerpo del omega, aplastando un poco al bebé de este. Veía atentamente como el castaño tiraba su cabeza hacía atrás para no ser besado y oía atentamente el llanto del bebé.

El alfa se alejó del cuerpo del menor y Jimin volvió a respirar.

—Joder, ¡calla a ese estúpido cachorro! —dijo el desconocido. Se acercó a Jimin nuevamente, se inclinó para así tener su rostro muy cerca del suyo—. ¿En qué estábamos, precioso?

Jimin estaba aterrado. Tuvo que lidiar con esto mucho tiempo, pero no sabía que le pasaba, su cuerpo se sentía débil y no podía hacer nada. Tal vez se deba a que aquel alfa era muy parecido a Jihoon, tal vez se deba a que sus ojos son casi idénticos de los de su ex novio. Tal vez se deba a que todavía tiene una debilidad por aquel alfa o tal vez sea que le tiene miedo. No sabe la razón exacta, pero su cuerpo no respondía y su mente solo vagaba en los recuerdos. El llanto de su bebé se escuchaba a lo lejos y al verlo alejarse su alma volvió a su cuerpo. Pero luego vio que de nuevo tenía su rostro cerca, que sus alientos se mezclaban y se resignó. Le dolía saber que su bebé vería todo.

—¡Hey! —escucha un grito a lo lejos.

El alfa se aleja rápidamente de él. Voltea para ver de quien se trata, pero no logra distinguir bien la figura que se acercaba hacia él, pero sea quien sea, Jimin le debe la vida. El alfa desconocido al ver que se acercaba otra persona salió a correr y el omega pudo respirar. Miró a su bebé quien temblaba del miedo, sus ojos estaban llenos de lágrimas y su corazón latía a mil por segundo.

—Ya está, amor. Ya pasó —le dijo Jimin a su bebé, atrayéndolo más hacia su cuerpo para poder llenarlo de su olor y así poder calmarlo. El cachorro recibió gustoso el aroma natural de Jimin y éste sintió como su bebé poco a poco se tranquilizaba.

Jungkook vio como ese sujeto se iba corriendo y su cuerpo se tranquilizó, y se puede decir que su alfa también. No estaba del todo calmo, pero ya no estaba preocupado por lo que le hicieran a ese desconocido omega. Seguía un poco lejos de ese banco, pero estaba caminando hacia allí. No quería caminar rápido, no quería asustarlo.

Jimin sintió unos pasos cerca y volteó, vio a ese ya conocido alfa y de nuevo aquella persona lo había ayudado, le debía mucho y no tenía como pagarle.

El alfa paró al frente del omega, él seguía en el camino del sendero y Jimin estaba a un lado de este en el ya conocido banco.

—¿Estás bien? —preguntó un Jungkook preocupado. Jimin solo se limitó a asentir.

El cachorro volvió a inquietarse por la presencia del alfa, no le agradaban mucho a decir verdad o mejor dicho le daban miedo. Muchos dicen que los bebés sienten de alguna manera lo que sus padres pueden llegar a sentir, nervios, miedo, alegría, etc. Y ese sentimiento de miedo lo sacó de Jimin, el omega les tenía miedo a los alfas aunque no lo diga en voz alta, pero su pequeño bebé lo notaba a tal punto de sentir el mismo miedo, además él mismo los veía amenazantes y más con los que se encontró a su corta vida.

—¿Te hizo algo? —preguntó nuevamente el mayor. El castaño solo negó—. ¿Vas a dirigirme la palabra? —dijo ya un poco cansado de la actitud del omega y su manera fría de tratarlo. Jimin no contestó a aquella pregunta—. Lo siento no quería sonar así, solo no me gusta que no me respondan —dijo mirando al suelo apenado, como un niño cuando le dice la verdad a su madre de algo que había hecho.

—No tengo porqué responderle, señor. Que me haya ayudado no le da derecho a reclamarme nada —dijo Jimin firme, mirando a aquel desconocido. Jungkook levantó la vista del suelo y vio al omega que tenía en frente, vio sus ojos fríos sin ninguna emoción.

—Tienes razón, discúlpame. A veces me comporto de forma estúpida, yo, em, enserio lo siento, no quería sonar así —decía el alfa mirando al menor y jugando con sus pies. Jimin no respondió y se quedaron en silencio.

El frío era notable y Jimin se acurrucó más en el abrigo que Jungkook le había dado y su bebé se acurrucó más cerca del omega. El alfa notó la pequeña figura que estaba en las piernas del castaño, el cachorro tenía una ropa nueva y bien limpia, como si fuera recién comprada. Llevaba puesta una campera marrón con estampas de perros y tenía puesta su capucha que tenía dos orejas en los costados, a Jungkook le pareció demasiado adorable. Tenía un pantalón en las mismas condiciones, pulcro y muy nuevo a la vista. También pudo ver unos pequeños zapatos en sus pies y eso le pareció más adorable. Los ojos del alfa brillaron al ver al cachorro, estaba muy adorable con ese atuendo, pudo notar que Jimin lo acercó más a él (como si eso fuera posible) y Jungkook se dio cuenta que lo estuvo mirando de más.

—Yo... creo que me voy. El frío se está haciendo notar, ¿verdad? —no hubo respuesta por parte del castaño—. Claro, que tengas buena noche e igual tu cachorro —dijo y volvió rumbo a su hogar.

Jimin se quedo mirando la figura del alfa a medida que se alejaba. Escuchó el bostezo de su bebé y supo que ya era la hora de que duerma.

—¿Tienes sueño, angelito? —el cachorro asintió. Jimin acomodó la mochila en la punta del banco, puso algo de ropa en el lado de su bebé para que no sienta tanto las tablas de madera y lo acostó allí, luego se acostó a un lado de él y lo atrajo hacia sí, empezó a palmear suavemente su pecho y siguió así hasta que se durmió. Jimin trató de dormir pero no era fácil cuando su instinto le decía que había peligro a cada segundo. Unas horas antes que salga el sol pudo conciliar el sueño.

Jungkook por otra parte llegó a su casa agotado, no se molestó en comer, fue directo a su cuarto. Se despojó de algo de ropa y de sus zapatos, y se tiró en la cama. Cayó rendido a los pocos segundos.

✧✦✧

Un sonido a lo lejos lo molestaba, se removió bajo sus sábanas y lo ignoró, aquel sonido cada vez se hacía más presente, su subconsciente no reaccionaba y cuando lo hizo saltó de la cama. Miró el reloj que había en la mesita de noche y casi fallece, eran las 07:25 de la mañana. Se levantó y se vistió lo más rápido que pudo, se abrigó, tomó sus llaves y su teléfono, y fue rumbo a su trabajo.

En estos momentos son donde le gustaría tener su vehículo con él, es mucho más rápido que caminar hasta allí. Llegó al parque y lo cruzó lo más rápido que pudo, ni siquiera le prestó atención al omega que le pidió una pequeña ayuda para él y su cachorro, ni siquiera se gastó en mirar al banco.

Jimin no conocía a ese alfa, no habían cruzado muchas palabras y vamos no le tenía que provocar algún sentimiento que lo ignorara, pero lo hizo. El omega de Jimin se entristeció al ver que Jungkook no le prestó atención.

El alfa corrió hasta la estación y llegó tarde.

—Mierda —dijo bajito. El último tren había salido a las 07:28 y el próximo vendría a las 08:38, hoy no era el día del rizado. Miró la hora en su teléfono y eran las 07:35, tendría que esperar. No quería esperar en la estación, no era una espera de cinco minutos, no, era de más de una hora, así que decidió ir al lugar verde que había cruzando la calle.

Caminó frustrado, no era bueno llegar tarde en esta época del año ya que su trabajo se volvía el triple de pesado. Cruzó la calle y caminó sin rumbo alguno. El omega no se cruzó en los pensamientos de Jungkook esta vez, o al menos así era hasta que escuchó su voz a lo lejos.

—Buenos días señor, podría...

Eso fue lo único que escuchó y supone que la persona a la que se dirigió no hizo caso. Sin saber porqué, fue hasta donde se encontraba el castaño.

Hoy no es el mejor día a decir verdad, las personas no están dispuestas a dejar algo y Jimin está apunto de llorar, lo último que tenía lo gastó en un desayuno para ambos. Su cachorro hoy estaba más inquieto y eso no era normal en él. Su bebé era alguien tranquilo, si era inquieto como cualquier cachorro de su edad, pero hoy sobrepasó el límite. Se movía a cada rato y protestaba para bajar al suelo, lloraba si Jimin no lo hacía.

—¿Qué te pasó hoy, amor? —decía bajo acomodando a su bebé en sus piernas.

—Ha, ha, ha —decía lloriqueando.

—¿Qué pasa, cielo? —le preguntó Jimin a su pequeño. El bebé le señalaba el piso y hacía ademán para bajarse—. No, no, no te puedes bajar ahora, amor.

El pequeño seguía queriendo bajar y Jimin ya se estaba cansando un poco de la situación.

—Ha, ha, ha —seguía llamando.

—Ya dije que no, angelito —el bebé seguía haciendo berrinche—. No, Jaehyun, dije que no —dijo Jimin con voz firme. El bebé dejó de hacer berrinche en ese mismo instante. Su madre nunca lo llamaba por su nombre y fue en ese momento donde entendió que el omega se enojó.

Jungkook podía divisar a Jimin a lo lejos. Esquivó a un par de personas que pasaban y llegó a su destino. Al primero que vio fue al cachorro, estaba cabizbajo. Jimin volvió a su tarea y sintió a alguien pasar.

—Disculpe, ¿tendría algo para ayudarnos? —dijo acomodando a su bebé de nuevo y luego levantó la vista. Vio al alfa del abrigo.

—Hola, claro —dijo el mayor sacando su billetera y dejando cinco mil wones.

—Gracias, enserio gracias —dijo Jimin. Jungkook estaba dudando de lo que iba a hacer.

¿En serio se iba a sentar de nuevo con aquel omega?

Bueno, era lo más interesante que iba a hacer en el día.

Jimin seguía mirando al alfa, todavía no se iba.

—¿Me... Me puedo sentar? —preguntó.

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